miércoles, 8 de febrero de 2012


La Piedra Filosofal.

Cuenta la tradición, que los antiguos alquimistas, eran capaces de transformar el plomo en oro, y poseían el elixir de la eterna juventud. El plomo en oro lo transformaban luego de muchos años de contemplación y trabajo en silencio dentro de su laboratorio, pero luego de conseguido, cualquier porción de ese material serviría para transformar nuevamente grandes cantidades de plomo, en oro. Por otra parte, se cuenta que con solo un trago del elixir de la eterna juventud, quien bebiera la pócima, sería inmortal, viviría para siempre. 

Ahora bien, hagamos un ejercicio, cambiemos la palabra "plomo" por "nuestros defectos" ahora cambiemos la palabra "oro" por "grandes virtudes que deseamos", y también realicemos el mismo ejercicio con la palabra "laboratorio" por "nuestro interior". Vemos entonces que la analogía es perfecta y que, al margen de que pueda ser verdad o no lo que nos dice la tradición, hay otro plomo que puede ser transmutado, y son nuestros defectos, nuestras limitaciones, que pueden ser totalmente transformadas de un momento a otro o a lo largo de los años (eso lo decide la capacidad del terapeuta) para permitirnos ser las personas PLENAMENTE CAPACES QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO SER. 

Las maneras son muchas y varias, no son solamente reglas, sino que para cada persona es particular la metodología de trabajo ha de cambiar en función de lo que ésta persona necesita. 

Bienvenidos al Blog de Javier Bresler.  

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